Permacultura, ecoloxía, movimientos sociales, contrainformación, dreitos del home, cultura y muito más visto desde un pequeiñu güertu de Senabria sobre os llizaces del mundu rural, indixenista, llibertariu y ancestral
Permacultura, ecologìa, movimientos sociales, contrainformaciòn, derechos humanos, cultura y mucho màs visto desde un pequeño huerto de Sanabria sobre las bases del mundo rural, indigenista, libertario y ancestral

La cuenca hidrográfica del río Tera se aleja del derecho humano al agua

Daniel Boyano Sotillo
Colectivo El Huerto del Pozo  http://elhuertodelpozo.blogspot.com.es/
7 de noviembre de 2014-11-07 Puebla de Sanabria


Este pequeño artículo es una somera aproximación al estado en el que se encuentran distintos lugares de la cuenca hidrográfica del río Tera, perteneciente a la Confederación Hidrográfica del Duero. Se pretende explicar, mediante cuatro ejemplos representativos, el distanciamiento al derecho humano al agua de las personas que habitan dicha cuenca del noroeste ibérico.

La llegada de las grandes obras de infraestructura al mundo rural, y en la cuenca hidrográfica del Tera hay que destacar el sin fin de  embalses casi desde el nacimiento del propio río Tera hasta su unión con el río Esla, supuso al igual que supone hoy en día, una pérdida de costumbres y forma de organización tradicional, sostenible e igualitaria, y el agua no es una excepción. Aunque hoy las amenazas parecen que han cambiado solo es en apariencia ya que los ataques de las instituciones privadas, y en ocasiones de las públicas que operan con criterios economicistas, hacen que se rompa el equilibrio ambiental ancestral, y como ahora explicaré también existen perjuicios para la propia población al no poder acceder al agua con total garantía, a pesar de ser un derecho.


El primer caso, y quizás el más conocido por su incidencia en medios de comunicación, es el mal estado de las aguas del espacio natural del Lago de Sanabria ya que las depuradoras, existentes pero insuficientes e ineficientes, fueron levantadas hace casi 11 años por la Junta de Castilla y León y pagadas por Fondos Europeos, pero nunca funcionaron correctamente. Incluso el Alcalde de Galende  en principio no quiso firmar el Acta de Recepción debido a su mal estado, pero finalmente lo hizo presionado por la Junta. Y es que la  ley obliga al Ayuntamiento donde se localizan las depuradoras a mantenerlas, y como el Lago está en el municipio de Galende es de su competencia su mantenimiento. Hay que destacar que la Junta de Castilla y León sabía del deficiente estado de la depuración, ya que adjudicó en el año 2006 a la empresa Euroestudios el trabajo titulado «Estudio de la problemática del saneamiento y depuración de los núcleos situados en el entorno del Lago de Sanabria». El diagnóstico es que el sistema «no funciona correctamente dados los resultados del agua residual tratada», y porque existen «defectos en el diseño y ejecución, así como falta de mantenimiento de la red». El agua residual llega a las depuradoras diluida por las filtraciones de agua a la red, que disuelve la carga contaminante con insuficiente carga de materia orgánica.
Los problemas más importantes detectados son en invierno ya que es cuando el volumen de agua del Lago aumenta y parte de los colectores de camping y playas quedan sumergidos dándose infiltraciones cuando el nivel freático es alto. Las fisuras de la red pueden generar contaminación hacia el exterior, como recoge el informe. A esto hay que añadir que las depuradoras tienen un funcionamiento estacional estando paradas la mayor parte del año. En este contexto se puede afirmar que el Lago de Sanabria está sufriendo un arduo detrimento de la calidad de sus aguas y de la biodiversidad que sustenta. Esta transformación sin precedentes en su historia esta originado por un proceso de eutrofización provocado por la llegada de nutrientes de origen antrópico (aguas residuales domésticas).


Los dos ejemplos siguientes hacen referencia a dos pueblos vecinos con una problemática de acceso al agua similar ya que ambos, San Martín de Castañeda y Ribadelago, históricamente habían gestionado de manera sostenible el agua que procedía de sus montañas, e incluso habían construido las infraestructuras necesarias para garantizar el abastecimiento permanente de aguas con un alto grado de eficiencia. La propia vecindad se juntaba en Concejo Abierto para ofrecer la mano de obra y adquirir los materiales necesarios para la ejecución de estas pequeñas obras hidráulicas. Esto funcionó de forma satisfactoria hasta que hace apenas unos meses la alcaldía de Galende, a la cual pertenecen ambos pueblos, decidió que una empresa gestionará el agua del término municipal sin consultar a las personas de los pueblos. Ante este ataque despiadado de un ente privado, después de dar el visto bueno un ente público (Ayuntamiento de Galende), las personas de Ribadelago y San Martín de Castañeda se organizaron al ver que la tarifa del agua crecía mes a mes de forma exponencial y que no podían hacer frente a ese nuevo gasto que antes no existía y que no tenía sentido ya que la vecindad era la que había construido la infraestructura para traer el agua al pueblo. Por ello y debido a que su derecho humano al agua se vio amenazado, se negaron a instalar los contadores e incluso impidieron que operarios de la empresa privada entren en sus pueblos. La situación está lejos de resolverse pero esta experiencia está resultando un modelo de resistencia para otros pueblos.

Para finalizar, quiero hacer mención a Sandín, pueblo en parte anegado por el embalse de Cernadilla hace medio siglo y que no percibió las cantidades justas correspondientes por inundación de sus tierras de cultivo más productivas, sus viviendas e incluso sus recuerdos. Asimismo, hoy en día, y aunque resulte paradójico, al situarse el pueblo actual a orillas del embalse antes citado, Sandín carece de agua potabilizada, aunque en los recibos mensuales si se la cobra el Ayuntamiento de Manzanal de Arriba. O lo que es lo mismo las y los vecinos de Sandín en la actualidad están pagando un servicio que el ayuntamiento no le da, es más, el agua que llega a sus viviendas es gracias a los propios recursos de la vecindad de Sandín que decidieron construir un depósito y una canalización con fondos propios. 


Como conclusión se puede decir que la sociedad civil organizada está peleando tanto por la justicia social (Derecho humano al agua y saneamiento) que fue en el siglo XX el eje de las luchas sociales, como la justicia ambiental que lo será cada vez más en el siglo XXI con los derechos de tercera generación y la consideración de la naturaleza como sujeto de derechos.





Bibliografía





No hay comentarios:

Publicar un comentario