El
átomo es la unidad mínima de todos los elementos del universo que
conserva las propiedades de estos. Un átomo está compuesto por un núcleo
que concentra el 99,99 % de la masa y un número variable de electrones
girando a su alrededor. Para hacernos una idea de cómo es un átomo
podemos imaginar que este tiene el tamaño de un campo de futbol, el
núcleo sería del tamaño de una canica colocada en el centro y los
electrones serían partículas de polvo agitadas por el viento alrededor
de los asientos. Toda la materia, todas las cosas, con vida y sin ella,
están formadas por vacios campos de fútbol con una canica en su centro y
algunas partículas de polvo.
Si miramos a
nuestro alrededor con lo anterior en la cabeza, el mundo de cosas
claramente definidas y delimitadas se desdibuja. En la materia hay más
vacio que materia, ¿Dónde empieza una cosa y termina otra? El universo
es una sucesión de diferentes formas de organización y nosotrxs no somos
más que una pequeña parte de ese universo que se ha vuelto consciente
de sí misma. Las culturas precolombinas de América tenían más claro que
los límites de una persona no están en la piel. Valoraban cada elemento
de la naturaleza como parte de ellxs mismxs, y su relación con el
entorno se basaba en la premisa de que no hay yo ni tú, ni entre
personas ni entre naturaleza y personas. Sus ceremonias, lejos del
concepto de culto judeo-cristiano, estaban enfocadas hacia la reflexión y
la toma de conciencia sobre la totalidad del mundo. Bajo esta
concepción del mundo1, el respeto a la naturaleza y el uso
sostenible de los recursos era algo tan obvio como para nosotrxs no
cortarnos una pierna o un brazo.
No se trata de
idealizar los tiempos pasados, pero desde luego hay muchos puntos
rescatables de la relación con la naturaleza que mantenían nuestrxs
ancestrxs.
Hoy la mayoría de nosotrxs vivimos en
un sistema construido sobre 3 pilares básicos que son el capital, el
estado y la religión. Estos tres pilares sostienen, respectivamente, las
organizaciones económicas, las organizaciones políticas y las
organizaciones ideológicas que determinan nuestras vidas. Y todas ellas
interactúan con un objetivo común: mantener los privilegios de las
clases dominantes a costa de la explotación de todo lo que las rodea,
personas, animales, recursos naturales, etc.
Quizá
el mayor triunfo del capitalismo sea el conseguido por las
organizaciones ideológicas a su servicio. Estas se han introducido hasta
tal punto en el interior de cada persona que determinan sus ideas,
opiniones y actuaciones. Propagan una concepción del mundo de manera
silenciosa que es absorbida inconscientemente por la población y permite
la implantación un sistema económico basado en la explotación y de un
sistema político basado en la concentración de poder, sin mayor
resistencia por parte de las clases explotadas y dominadas:
- En cuanto al sistema económico: La óptica capitalista clasifica cada elemento del planeta en función de su valor de cambio, de lo que el mercado dice que vale, independientemente de su utilidad para la mejora de las condiciones de vida. Este tipo de relación con los productos y las mercancías aparta del campo visual el proceso productivo, repleto, en la mayoría de los casos, de crímenes contra la naturaleza, los pueblos soberanos y lxs trabajadorxs.
- En cuanto al sistema político: El capitalismo es un sistema patriarcal, representado por el estado. Este estado asume las funciones que, según él mismo, las personas no son capaces de realizar por sí mismas, obviando que el estado está dirigido por personas con las mismas limitaciones que el resto. Recorta los derechos de las personas, para librarlas del deber de ejercerlos. Instaura un sistema representativo para alejar a lxs individuxs de su rol natural como animales sociales, que es la práctica de la política2 en su concepto más puro. El aparato ideológico del capitalismo ha conseguido que renunciemos a nuestras responsabilidades en la construcción del mundo que queremos y que dejemos de pensar por nosotrxs mismxs.
Las
pequeñas brechas en este sistema son reparadas por unos mecanismos de
control que forman parte del mismo aparato
político-económico-ideológico. Abarcan desde organismos internacionales,
pasando por los medios de comunicación y sistemas educativos, hasta las
fuerzas armadas y fuerzas del orden, que no dudan en utilizar cuando
fallan los anteriores.
Las organizaciones
económicas, políticas e ideológicas, y los mecanismos de control
permiten al capitalismo imponer sus reglas de juego basadas en la
hegemonía del mercado y la búsqueda de plusvalías al margen del interés
social. El valor del capital es mayor que el valor del trabajo y la
acumulación es estrictamente necesaria para el mantenimiento del
sistema. Sobre esta base es imposible la construcción de una sociedad
libre, equitativa y sostenible.
Por eso cualquier
iniciativa que busque un cambio hacia una sociedad mejor, a través de
una propuesta elaborada, estructurada, viable y sustentable, debe ser
invariablemente anticapitalista o reproducirá los mismos esquemas de
explotación.
Partiendo de ahí se abre el abanico para:
- Por una parte, la definición del mundo que queremos
- Por otra, la elaboración de estrategias para la consecución de ese mundo. Estas estrategias tendrán que estar adaptadas a las diferentes realidades y contextos donde se libra la lucha contra lxs defensorxs del actual sistema mundial.
Este
cambio, revolución, o como lo queramos llamar tendrá que echar la vista
atrás y recuperar la cosmovisión del mundo basada en la naturaleza.
Explicar la naturaleza a través de la propia naturaleza, aplicando la
lógica, la razón y la ciencia. Construir nuestro planteamiento social,
económico y cultural, sobre la libertad del ser humano y el principio de
igualdad, y sin olvidar que todxs somos parte de un todo, de la madre
tierra, de la pachamama, de la ñuke mapu, de gaia, de atabey, de
mahimata, de gea, de amalur, de anann,…, de nosotrxs mismxs.
Y lo mejor es que ya lo estamos haciendo.
Notas:
1
Concepción del mundo: conjunto articulado, sistemático y coherente de
ideas, conceptos, valores y normas de conducta práctica que nos guían
en nuestra vida cotidiana.
2
Política: proceso orientado ideológicamente hacia la toma de
decisiones para la consecución de los objetivos de un grupo. ¿No es lo
más lógico que sea el mismo grupo quien realice ese proceso?3 Escrito por Román Lince
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