Permacultura, ecoloxía, movimientos sociales, contrainformación, dreitos del home, cultura y muito más visto desde un pequeiñu güertu de Senabria sobre os llizaces del mundu rural, indixenista, llibertariu y ancestral
Permacultura, ecologìa, movimientos sociales, contrainformaciòn, derechos humanos, cultura y mucho màs visto desde un pequeño huerto de Sanabria sobre las bases del mundo rural, indigenista, libertario y ancestral

Oda a las montañas sanabresas desde la nostalgia

Sois lo último que veo cuando al alejarme el rostro vuelvo. Y una congoja grande que me aflige por dentro me dice: ¿y si no vuelvo...? Con ese pensamiento me alejo hasta que sois tan solo una línea en el horizonte cada vez más pequeño. Nada soy,  nada tengo, y si faltara mañana ¿quién me echaría de menos...? 






Quiero pensar que vosotras, por el amor que os tengo.
Porque aprendí de mi madre que habría de valorar lo que sois, y teneros respeto. 
Como a las cosas valiosas que guardamos en secreto,  no sea que alguien lo sepa y destruya nuestros sueños. Ella me habló de vosotras y de lo importante que era observar vuestro aspecto. - Que ves en ellas, madre...?- Muchas cosas que también tú verás con el tiempo me dijo, y fue cierto.
Si observas como se oculta el sol, sabrás que día hará mañana. O si las nubes que la cubren traerán agua, o si el manto de la blanca nieve durará hasta el verano que viene, para que a los ríos agua no le falte.
¿Y que son aquellos caminos que la surcan, cual si de un dibujo se tratara...?
Aquel espacio son los carriles por donde suben las vacadas a pasar el verano bajo las noches estrelladas, acompañadas de pastores que las cuidan y las guardan.
Desde mi imaginación de niña sentí que ellos eran afortunados, estaban mas cerca del cielo y en alguna parte alguien en ellos pensaba.
No hubo ni un solo día en que yo no las mirara desde que mi madre me llevara arrebujada en su mantón, pegada a su corazón  y en ellas prendía la mirada. Y en ellas vi los más bellos atardeceres... Hasta que los perdí y en la distancia las amé con un silencio que duele.



Quiero soñar cuando os pienso que no estáis solas, que otros sienten lo que yo siento.
Que caminan vuestros riscos, que cruzan vuestros arroyos y se miran en ellos, sintiendo el aire en la cara y en lo más hondo del pecho. Y al levantar la mirada sienten que tocan el cielo y los problemas que agobian el mundo se que dan allá muy lejos...
No importa si hace frío pues caminar calienta el cuerpo, y si hiciera calor, siempre refresca el viento. O el agua de los arroyos o ese liviano atuendo.
La gesta es llegar a lo más alto o hasta que falte el resuello.
Los que os caminan se sentirán satisfechos, no por conquistarte, sino, de ti formar parte.
Y sentirán tu regazo y apoyarán su espalda en tu cuerpo, y sentirán que es algo así... Como la gloria de las batallas que se ganan en silencio. Porque tú madre montaña siempre serás eterna cuando nosotros faltemos. Igual que lo fuiste antes.
Aunque te taladren el corazón con máquinas infernales o te incrusten alas que vuelan afeando el paisaje.



A eso... Le llaman progreso. Que no importa cuanto destruye en el nombre de "ello".
Y serás testigo mudo de todos nuestros anhelos, fueran pocos, fueran muchos, que más da. Nada  comparado contigo que esperas la primavera esta se retrasa y no llega, o esperas el frío invierno que te cubra con su manto, que te cubra de hermosura y e fertilice por dentro, pero éste tampoco llega y sabemos que eso no es bueno. Porque de ti se nutren los lagos, los ríos y los arroyos que hacen hermoso este paisaje nuestro. Pero ya nada es como antes, que cada estación era como se esperaba, y eras el recurso que en verano los ganados alimentaba cuando abajo en la estepa los manantiales se secaban.
Parece como si supieras que abajo ya no queda nada, ni cosechas,  ni rebaños, ni pastores en las majadas, ni humo en las chimeneas ni paredes en las cañadas. Todo se ha perdido en el tiempo, como si un tupido velo todo lo ocultara: los arados ,los aperos, los botijos y las cántaras del agua y con ellas, el sonar de las campanas, la algarabía de los niños y el mujir de las vacas. Y del lobo los aullidos en las noches estrelladas. Tan solo vosotras permanecéis en el tiempo, impasibles, siempre hermosas mecidas por las nubes que por las laderas bajan acariciando la piedra hasta llegar al lago de plata y fundirse en un abrazo y mutuamente como dos amantes susurrarse: te esperaba...  Mientras... Yo vivo esperando ese ansiado día para mirarte de nuevo, esperando que en ti nada cambie. Tan solo yo, que envejezco, pero no dejo de soñarte porque eso hace, mis días mas bellos cuando me ronda la nostalgia y contemplarte no puedo.



Que todo en ti permanezca como cuando te sueño.Y aunque otros te tengan...  Yo, celos no siento. Porque te veo por sus ojos, porque camino con ellos. Y aunque no sienta el cansancio, se cuanto hay de sufrimiento. Porque sufrimiento y amor van unidos sin remedio, pues cuanto más se ama más se sufre. Pero hay un sufrimiento dulce que significa tenerse. Triste es, no tener nada para no sufrir por ello.
Que no me faltéis nunca yo pido y siempre siempre, os encuentre en mis sueños...
Y si volver no pudiera, mi voluntad siempre fuera  que traigan a ti como polvo en el viento.
Más si así sucediera ¿ que hice yo para merecer esto...?

Inés Camaro Sanchez.I.S.R. (sentimientos del alma) de alguien que poeta no es.

N.A. Gracias a los que las caminan y comparten su esfuerzo

1 comentario:


  1. Que no me faltéis nunca yo pido y siempre siempre, os encuentre en mis sueños...

    ResponderEliminar