Permacultura, ecoloxía, movimientos sociales, contrainformación, dreitos del home, cultura y muito más visto desde un pequeiñu güertu de Senabria sobre os llizaces del mundu rural, indixenista, llibertariu y ancestral
Permacultura, ecologìa, movimientos sociales, contrainformaciòn, derechos humanos, cultura y mucho màs visto desde un pequeño huerto de Sanabria sobre las bases del mundo rural, indigenista, libertario y ancestral

Entrevista sobre el montañismo actual. Debilidades y potencialidades.

Entrevista realizada en mayo de 2019 a Daniel Boyano Sotillo, geógrafo ambiental, naturalista y montañero, y a Eduardo Martínez de Pisón, geógrafo, naturalista y montañero.



1. ¿Se están convirtiendo nuestras montañas en parques temáticos? (esta pregunta es en la que de verdad puedes extenderte mejor, dando tu opinión al respecto y poniendo algunos ejemplos).

Aunque intuyo que la entrevista está más enfocada la problemática de la masificación de la montaña por actividades turístico-deportivas, no nos podemos olvidar que existen en paralelo otros problemas de igual o mayor gravedad.
La comercialización de las actividades de montaña sin regulación se ha transformado en una amenaza en las últimas décadas. Esto unido a otras amenazas presentes en las montañas como cambio climático, incendios, construcción de infraestructuras innecesarias (funiculares, aparcamientos de coches, chiringuitos..) minería, caza incontrolada... esta suponiendo un verdadero contratiempo para la conservación de nuestras montañas debido a su fragilidad, y dificultando que estas puedan continuar proveyendo al ser humanos de servicios ecosistémicos de calidad como agua dulce potable, regulación de desastres naturales o reservas hídricas. Hay que recordar que debido a las condiciones de bajas temperaturas de las montañas las especies vegetales y animales tienen un crecimiento vegetativo muy lento y además están muy especializadas y, por ello cualquier alteración desemboca en una catástrofe irreparable.
En cuanto a las actividades de montaña no se debe abusar de excesos de equipamiento (refugios, accesos, señalización…) porque acaban usurpando a la montaña lo que tiene de naturalidad. Si se la quitas y la conviertes en una artificialidad, la destruyes, la montaña pierde su esencia y su espíritu.
La distorsión depende de la masificación que conlleve y el equipamiento que requiera la práctica de detrminados deportes que usan la montaña como terreno de juego o polideportivo. Lo mismo ocurre con el turismo de montaña, que no deja de ser una modalidad del turismo convencional que utiliza la montaña como escenario.
Si de repente, en una turbera de alta montaña donde hay especies muy especializadas y endemismos metes a 500 personas a la carrera, el desastre va a ser tremendo. Hay que regular estos fenómenos puntuales en el tiempo y en el espacio, que pueden ser moda o pueden permanecer.

Pero el mayor impacto sobre la montaña, y más negativo, obviamente, lo produce el esquí, al estar asociado a políticas urbanísticas que acaban transformando de una forma muy importante el territorio. Hablamos del esquí de pista, el mal llamado “alpino”, y no el de travesía o de montaña. El esquí de pista tiene asociado la estación de esquí, y amplias zonas de urbanización a su alrededor. Como se trata de urbanismo, estos últimos años esta expansión ha estado muy relacionada con la burbuja inmobiliaria, con todo lo que ello supone.
Las pistas de esquí no son más que un modelo de economía industrial y de servicios: de industria turística pesada metida en la montaña. Y resulta que si la nieve cada vez se va retirando más, hacia cotas más altas, allá va siguiéndola este modelo de turismo tan intrusivo. El modelo turístico asociado al esquí de pista va en contra de la naturalidad y espontaneidad de la montaña. Es incompatible. Todo lo demás es controlable y se puede regular.
El montañismo o alpinismo clásico es el eje vertebral de la asociación del ser humano con la montaña ( y con la naturaleza en general), sobre todo con la alta montaña, que después se ha disgregado en materias distintas: senderismo, escalada, esquí de montaña, descenso de barrancos, etc…



Importante tener en cuenta esta clasificación de Daniel Boyano Sotillo:


1- Montañismo: se trata de la disciplina que consiste en la realización del ascenso y descenso de montañas sin alterarlas. Es también el conjunto de técnicas, conocimientos y habilidades orientadas a la realización de este objetivo, es decir, el componente de aventura es muy alto. El montañismo  deriva de una antigua actividad exploratoria del ser humano y como tal cuenta con una historia y tradiciones muy importantes que determinan una ética bien definida . Además, quienes lo practican, lo consideran como un verdadero estilo de vida y una forma de experimentar e interpretar el mundo que los rodea alejados de referentes sociales.

Son habituales los ejemplos de montañeras y montañeros que se implican con las montañas que transitan y realizan proyectos de conservación, apoyo a las comunidades rurales tradicionales, puesta en valor de su patrimonio natural y cultural...

El montañismo se puede dividir en varias áreas que engloban diversas especialidades, algunas de las cuales se alejan de la definición estricta de ascender montañas, pero que, no obstante, requieren de ese medio natural para su práctica.

De esta manera nos atrevemos a afirmar que "el montañero/a es el animal más parecido al ser humano".



2- Turismo de montaña: El turismo de montaña trata de adaptar la montaña a las comodidades de las personas (turistas) que no frecuentan estos espacios naturales salvajes, o lo que es lo mismo, domesticar la montaña. Algunos de estos ejemplos serían funiculares, estaciones de ski, instalaciones fijas de ascensión... todo ello genera problemas a los ecosistemas de montaña, tanto por la implantación de dichas infraestructuras como el turismo de masas que altera el medio y sobrepasa la capacidad de carga de estos espacios montañosos tan frágiles.


3- Deportes de montaña: Un deporte de montaña o un deporte alpino es uno de varios tipos de deportes que tienen lugar en terrenos montañosos o montañosos. Todos estos deportes requieren equipos especiales, conllevan un mayor nivel de riesgo y requieren capacitación especializada antes de que puedan llevarse a cabo de manera segura. Otra de las diferencias principales con el montañismo es su alto grado de competitividad entre participantes, la búsqueda de records personales o la adaptación de la montaña a la prueba que se va a realizar, perdiendo de esta manera el componente de aventura.
Otra de las características de estas disciplinas deportivas es que se habla más de la persona que de las propias montañas. Este perfil de de deportista no busca conocer en el medio natural de la montaña, sino que lo conozcan; que no se atreve a saber, porque no se atreve a detenerse a contemplar.
ni a renunciar a los laureles equívocos del éxito deportivo.Un ejemplo de ello es cuando te vas a comprar un libro o documental de montaña y aparece la cara del deportista y la  montaña al fondo, o en ocasiones ni aparece.




2. Si piensas que de verdad se están convirtiendo en parques temáticos, nómbrame alguna que esté demasiado concurrida y con la que se estén poniendo complicadas las cosas en sus accesos. Algún caso en especial que te hayas encontrado. 

 Las expediciones comerciales de alta montaña son una nueva modalidad del turismo que usan la montaña como se ha usado la costa, los hoteles de pulsera o campos de golf, es decir sin respeto. En el turismo de montaña hay que tener una forma física pero todo lo demás te lo dan hecho. Cuando el montañismo se convierte en algo más económico pierde esas cualidades. La dimensión de la soledad, el reto con la naturaleza, la experiencia de aventura, se disuelven.
Todo lo anterior se produce en lugares de tan frágiles como el Everest, Mont Blanc, el Kilimanjaro... o lugares más próximos como las montañas más altas de España el Teide, Mulhacen, Veleta, Monte Perdido o Aneto. En el caso de las montañas españolas el problema de masificación es especialmente grave en verano donde se producen erosión en los caminos, material inadecuado, concentración de accidentes por aglomeraciones, aglomeraciones en los aparcamientos de acceso a dichas montañas, acumulaciones puntuales de basuras, pisar vegetación protegida...
El turismo de montaña posee claros fines económicos y es insaciable, siempre en busca de nuevos mercados.  Toda esta combinación nefasta trae muchas secuelas, basura, accidentes, el gregarismo que está creando condiciones sociales distintas en comunidades de montaña que eran autosuficientes e igualitarias.
 A pesar de todo hay muchos valles y picos, en los que difícilmente te cruzarás con alguien. El que quiera montañismo en soledad, o al menos sin masificación, lo puede encontrar sin problemas en cualquier cordillera, basta con no ir a los sitios famosos o de moda, que además no tienen por qué desmerecer en belleza en absoluto.




3. Desde tu posición de montañero, ¿cuál crees que sería la solución ante una situación como ésta?

El futuro de la montaña y de sus pueblos debería basarse en la conservación y la gestión racional de su patrimonio natural, paisajístico y social, promoviendo proyectos de turismo rural y de montaña y de agricultura ecológica. Si somos respetuosos con el medio ambiente podemos obtener mayores beneficios a medio y largo plazo.
Las montañas son como islas, como museos o grandes catedrales de la naturaleza en los continentes. La montaña es un magnífico paisaje, también en el aspecto humano, puesto que revela culturas ancestrales (lenguas, alimentos, instrumentos musicales…) que han sobrevivido gracias al aislamiento. Así la montaña es un gran paisaje pero no facilita la comodidad.
No se puede instalar un aparcamiento en el interior de un museo o una catedral. Hay cosas que no son moralmente aceptables. Hay que instalarlo fuera. En la montaña sucede lo mismo. Los museos y catedrales están protegidos de la presión urbanística. ¿Por qué no se hace con las montañas, un formidable museo de la naturaleza y del ser humano? Hay que ir con mucho cuidado, debido a que es muy frágil como ya dije anteriormente.
Hoy en día las zonas montañosas más importantes del mundo (Himalaya, Alpes, Andes u otras montañas) han mejorado tanto en sus accesos que se puede llegar en vehículo a algunos campamentos base, bastante inaccesibles antaño. Acercar tanto ese paraíso al ser humano entraña grandes riesgos. La masificación no favorece la conservación del territorio de montaña.

Hace poco hubo la pretensión de poner un teleférico que subiera a la cumbre del Cervino o sobre el Lago de Sanabria. El espejo de soledades, como llamaba al Lago de Sanabria Unamuno, hubiera desaparecido.
Casi siempre al principio el turismo es respetuoso, pero en el momento que se volviera competitivo y agresivo, se malograría el espacio: hoteles, urbanizaciones, … Esto además de una fealdad se puede considerar como una profanación. No es comprensible que haya personas que le guste ir  a las montañas solo después de adaptarlas a su confort. Cuando las montañas dejan de ser ellas mismas se pierde el misterio y fascinación del contacto directo con la naturaleza.
Hay que cuidar de que la montaña guarde la espontaneidad de nuestro planeta. Eso en fundamental para la naturaleza y porque hace mejores a las personas: es educativo. Ir a la montaña exige un esfuerzo, una adaptación a un entorno no favorable.



4. ¿Se están cumpliendo las normas básicas de seguridad en las montañas? ¿Crees que debería haber alguna regulación al respecto?

 La masificación, los daños al medio ambiente y las situaciones de peligro invitan periódicamente a debatir sobre la necesidad de limitar el acceso a algunas cumbres.
 Tendría que haber una protección expresa que condujera a la conservación de estos tesoros. Si se entregan al mejor postor durarán tendrán fecha de caducidad y temprana.
Según el estudio “Accidentalidad en deportes de montaña de federados”, realizado por la Federación Española (Fedme), destaca que las causas mayoritarias de rescates son la falta de nivel técnico (39%) y de preparación física (25%). Estos motivos están menos presentes en el caso de las personas federadas (el 32% y el 20%), lo que indica que este colectivo tiene una mejor formación. Esta estadística surge de una fuente, los Grupos de Rescate Especial de Intervención en Montaña (Greim), por lo que tal como reconoce Alberto Ayora, responsable del comité de seguridad de la Fedme, los datos son incompletos y hace un llamamiento a la necesidad de que los diferentes cuerpos que participan en salvamentos en el medio natural utilicen los mismos criterios a la hora de documentar la información para poder realizar análisis más completos. Ayora subraya la importancia de que cada vez más gente practique senderismo, el deporte mayoritario, pero alerta de la urgencia de emprender iniciativas para que todo el mundo disfrute de la montaña de una manera responsable.
El problema de fondo es el mismo de nuestra sociedad, hay prisa para todo, hoy empiezo a hacer montañismo, mañana me subo al Aneto, pasado a Monte Perdido y este verano al Mont-Blanc… Adquirir experiencia y formarse para moverse con seguridad en alta montaña es una carrera lenta, de ir poco a poco, y eso no cuadra con el deporte de montaña actual de consumo tan de moda, y por supuesto, que poner en redes sociales que has subido al pico de al lado en vez de al Mont-blanc da menos “likes”.
Quizás habría que quitar accesos y lugares de confort (refugios que parecen hoteles) que provocan masificaciones e impiden a los verdaderos montañeros a hacer ascensiones como en el Cervino o Mont Blanc.
Las políticas importantes, que no solo nos afectan a nosotros, sino a nuestros hijos y nietos, deben ser consensuadas por todos, y esto es muy importante para la conservación de la montaña a largo plazo. Además la montaña es un territorio que ya posee normas y leyes naturales, con las cuales se puede funcionar y se deben respetar.
Noruega es un ejemplo a seguir. De entrada, todo el país es montañoso y eso ayuda. Cuidan mucho su territorio y su paisaje.
En Francia hay una ley del paisaje y una ley de la montaña. Eso ayuda mucho a la preservación.
Pero no todo deben ser leyes. Fuera de la legislación, los habitantes de Inglaterra, Alemania e incluso Suiza (que vive en gran medida del turismo de montaña), y por supuesto los pueblos de del Himalaya o Andes en los que las montañas son sagradas, son en general, muy respetuosos con la montaña.



5.  ¿Se está poniendo de moda la cultura de montaña? ¿Y cómo piensas que debería inculcarse la cultura de montaña desde el respeto y cuidado por encima de todo? (Puedes exponer unas claves y/o consejos sobre cómo sacarle el máximo partido a la montaña desde el respeto y, por supuesto, desde el civismo y la lógica). 

 No creo que el crecimiento por la afición al montañismo sea en sí mismo negativo, pues produce beneficios físicos y morales. Pero el montañismo no es turismo, es otra cosa.
Se están poniendo de moda las actividades en la montaña, pero en muchas ocasiones no asociadas a la cultura de montaña. Un verdadero montañero a montañera es insignifcante, no es importante y en este tipo de actividades deportivas solo se habla de la persona, no de la montaña en si. La montaña pone en su lugar al ser humano pero el hombre moderno no quiere ser pequeño, es más tiene miedo de ser pequeño. El montañista, en cambio, no sufre de ese mal, disfruta siendo intrascendente en el paraíso de la montaña, la protagonista es ella con toda su belleza.
Parece que estas tendencias deportivas contribuyen a afianzar nuestras raíces en el actual estado de lo superficial, de lo meramente deportivo y de las prisas. La montaña está hecha de lecturas, libros, cuerdas, respeto, deporte, equilibrio con la naturaleza, educación, ...
Yo desde niño me fijaba que la luz del amanecer y el atardecer iluminaban durante más tiempo las cimas más elevadas, midiendo de este modo las montañas y sintiendo su altitud, haciéndome  a mi muy pequeño.
En la montaña el turista viene a buscar un panorama, el escalador una pared, pero el montañero pensador viene a encontrar respuestas
La montaña es patrimonio por su propia belleza y por la cultura que generan. La montaña te devuelve a la niñez. Hay que ver la montaña como un juego, como un niño que solo quiere divertirse.
Caminar es en sí mismo el acto voluntario más parecido a los ritmos involuntarios del cuerpo, a la respiración y al latido del corazón. Caminar es la primera cosa que un niño quiere hacer y la última que una persona mayor desea renunciar.
Así la educación ambiental de montaña puede mostrar un camino dirigido a formar valores, actitudes y conductas a favor del medio ambiente, por lo que es preciso transformar esas actitudes, conductas y comportamientos humanos así como adquirir nuevos conocimientos. Como decía Henry David Thoreau "Fui a los bosques (y añado a las montañas) porque quería vivir deliberadamente; enfrentar solo los hechos de la vida y ver si podía aprender lo que ella tenía que enseñar. Quise vivir profundamente y desechar todo aquello que no fuera vida... Para no darme cuenta, en el momento de morir, que no había vivido".
La montaña es parte de nuestra vida. Y de nuestra salud. Por eso, hay que enseñar  a cuidar y respetar la naturaleza. Aprendemos más con acciones que sólo con palabras o repeticiones de órdenes. Es importante que el aprendizaje sea significativo y experiencial, se debe aprender observando, viviendo, estando allí, y sobre todo sabiendo cómo se hacen las cosas. Por eso hay que enseñarlos a tomar parte activa del cuidado de la montaña mediante la práctica, y explicarles las consecuencias de nuestros actos.
Dentro de esta educación ambiental podemos encontrar el montañismo clásico que no es lo mismo que las disciplinas deportivas y competitivas que se practican en la montaña. El montañismo clásico tiene un código no escrito, no le hace falta una reglamentación que marque su práctica. Se autorregula, como la propia naturaleza. Y no hay que olvidar que el montañismo tiene una base cultural impresionante: libros narrativos, poesía, pintura, cine, música…
Como dijo George F. Schaller "Hablamos sobre los recursos naturales como si todo tuviera una etiqueta con el precio. Pero no podemos comprar los valores espirituales en una tienda. Las cosas que estimulan nuestro espíritu son intangibles: los viejos bosques, un río claro, el vuelo de un águila, el aullido de un lobo, el espacio y el silencio en la montaña sin ruido de motores. Esos son los valores que las personas buscan y que todos necesitan."
Por último, pienso en el escritor del Principito, Antoine de Saint-Exupéry, quien afirmó que los mejores ratos de su vida habían sido los inútiles desde un enfoque materialista; también me viene a la mente el clásico de literatura de montaña Los conquistadores de lo inútil de Lionel Terray. Así las montañas son un espacio inútil desde un punto de vista materialista o economicista pero brinda una vivencia que enriquece la vida misma.
En la actualidad, ocurre por ejemplo que al mismo tiempo que los clubes de montaña menguan en afiliación, ven incrementarse dramáticamente la media de edad de sus miembros y desesperan por atraer savia joven que garantice su supervivencia, esos mismos jóvenes abarrotan maratones de montaña que, con frecuencia, reciben varios miles de solicitudes para apenas unas decenas o cientos de plazas.
Para concluir no quiero dejar de citar a Joaquín Araujo, un gran geógrafo, al igual que Daniel Boyano Sotillo y Eduardo Martínez de Pisón, y excelente persona, “Las montañas son el antídoto para una civilización que se ha arrancado los ojos...Estamos en la posibilidad de enfrentar lo que es una civilización lisiada con lo que puede ser considerada su principal muleta. Y la muleta de esta civilización es lo que queda de naturaleza virgen, maternal, abrigadora, amiga. Eso sucede con los espacios donde todavía podemos encontrar belleza y libertad a raudales. Y esas son las montañas, son nuestra última oportunidad".
 Dicho esto, no hay duda que la montaña la debemos entender como un museo o templo del que hay que aprender y al mismo tiempo respetar ya que una sociedad no solo se define por lo que crea, sino también por lo que se niega a destruir.
Las montañas no necesitan inversión. La montaña es suficientemente atractiva y bella como para atraer turismo de calidad basado en el respeto a la naturaleza. Y en caso de alguna mínima mejora, algunos estudios indican que por cada euro invertido en actividades de montaña sostenibles son 5 euros ahorrados en sanidad. La base de estas actividades se fundamenta en los resultados positivos de diversas investigaciones que han demostrado que la exposición de nuestro cuerpo a la naturaleza disminuye el estrés, la ansiedad, el insomnio, la obesidad o la diabetes mejoran el sistema inmunitario y reducen el estado de ánimo depresivo, entre otros efectos positivos», destaca la introducción del documento.
Así algunas normas básicas de respeto a la montañas: cuidemos la vegetación; no molestemos a los animales; la basura al contenedor o retornarla a casa, seguir el sendero, saludar a la gente, cuidar el agua, respetar los carteles, respetar la flora y fauna, cuidar el patrimonio local, respetar las actividades tradicionales, evitar las aglomeraciones, no ser exigente, valorar lo que tienes, relacionar la actividades de montaña con la conservación del patrimonio natural y cultural,  visita  a razas autóctonas, a museos locales, a actividades participativas en tareas tradicionales como el pastoreo, a talleres con 0 inversiones como observación de estrellas, fauna, flora...
Así, mediante la educación ambiental en la montaña se busca no solo dejar mejor planeta a nuestros hijos e hijas, si no que también mejor personas para nuestro mundo.
Ver los 10 mandamientos del montañero/a en http://cryosanabria.blogspot.com/2017/10/los-10-mandamiento-del-montaneroa.html
En cuanto a cultura de montaña, en Francia está muy desarrollada: pintura, exposiciones,… es abrumador lo que se hace en nuestro país vecino. En general, los países alpinos muestran todos ellos un modelo de cultura de montaña muy profundo y avanzado.
Los ingleses, muy respetuosos con la montaña, también tienen en este sentido una cultura muy desarrollada, pero en referencia a zonas allende sus fronteras. Ellos han sido los descubridores para el mundo occidental de los Alpes, del Himalaya, etc…
Y por supuesto las culturas ancestrales ligadas a montañas del Himalaya, Andes, Rocosas…
Es imprescindible seguir los trabajos de instituciones internacionales de montaña que nos pueden guiar por el buen camino como la Alianza Internacional para el Desarrollo Sostenible en las Regiones de Montaña de Naciones Unidas (PNUMA, y la FAO). Asimismo se debe seguir los lineamientos del proyecto de la Carta Europea de las Regiones de Montaña de 1995 y el dictamen del Consejo Económico y Social de la Unión Europea de julio de 2002 “El futuro de las zonas de montaña de la Unión Europea” y  la Carta de Argeo “Directrices para el Turismo Sostenible de Montaña” de la UIAA o Union Internationale des Associations d'Alpinisme, (Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo). Así como de la Carta Española de las Montañas. Todo ello con tratando los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de manera transversal, para marcar una línea recta para alcanzar un futuro sostenible con dignidad para todas las personas, especies y zonas del mundo, incluidas las de las áreas de montaña.

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