Modesto Leal
En los últimos años hemos vivido un cambio profundo en la ganadería y agricultura de nuestras tierras, las Zamoranas. Hemos pasado de ser campesin@s, a ser empresarios del sector primario.
He nacido en la comarca de campos-pan, y he visto como los pequeños labradores y pastores, han pasado de ejercer una actividad que se ha mantenido durante milenios hacia una actividad industrial .La mayoría de las personas tenían una dedicación en el sector primario, el pueblo era pueblo. Recuerdo cuando acudía a casa de mi tía a por leche recién ordeñada, cuando mi madre sacrificaba un conejo para comer los domingos, o cuando nos reuníamos en torno a la matanza del cerdo, del que nos alimentábamos gran parte del año. Esos veranos donde comíamos sandías, melones, pimientos o tomates cultivados en el huerto. Todos estábamos familiarizados con la vida rural, de una forma sostenible y, en algunos casos autosuficiente.
Hacia el año 2000, vi con mis propios ojos, como agricultores y ganaderos de mi pueblo se “modernizaron”, se inició la industrialización del campo. Se fomentó un polígono ganadero, donde los pastores se convirtieron en empresarios, haciendo grandes inversiones económicas a nivel individual. Muchos pequeños agricultores, dejaron de cultivar sus tierras y las traspasaron a los nuevos empresarios del campo.
La vida campesina se acaba. La emigración y el discurso de que el campo es “sucio” hace que las nuevas generaciones desprestigiemos el campo, y en consecuencia se alimente la figura del paleto del pueblo. Nuestros padres, nos desean suerte fuera del medio rural y nos encaminan hacia la sociedad industrial y de servicios.
Parece ser, que nadie se quiere quedar atrás en la industrialización del campo, y surge el discurso de “o te modernizas o no vivirás del campo” producido por las políticas Europeas de agricultura y por el propio discurso social. Curiosamente he visto como en mi pueblo, cada vez son menos los agricultores y más las grandes extensiones de monocultivos, trabajándolos con grandes maquinarias. También he visto en esos pastores que se modernizaron , que dieron el paso de lo extensivo hacia lo intensivo, que ya no pueden dedicarse a la ganadería. Los agricultores tienen que comprar semillas todos los años, abonos y pesticidas, además de tractores y aperos adaptados a la modernidad. Los ganaderos tienen que invertir en grandes naves, almacenes, salas de ordeño, medicinas y en mejoras genéticas de razas productivas. Los huertos desaparecen y entra en juego el monocultivo, trigo, cebada, maíz y colza, en su mayoría para alimentar a esos ganados estabulados. La biodiversidad está fuertemente amenazada y la sostenibilidad ambiental es prácticamente nula.
Cada vez, veo más descontenta a la gente del sector primario, que alimenta a la ciudadanía, cada vez es mayor la presión en los precios y cada vez se les dice más que tienen que crecer y crecer. En mi pueblo, actualmente, muchos ganaderos han tenido que dejar su trabajo, arruinados por las grandes inversiones, el polígono ganadero parece que ha sido un fracaso y la agricultura, cada vez sólo está en manos de unos pocos. Cada vez es menos pueblo.
Buenas noches :) Me gustaría contactar con Modesto Leal, ¿Sería posible? Mi correo es despuesdeleer@gmail.com
ResponderEliminarGracias!!