Face muitu muitu tiempo unha inesperada forcia de aire abrió la puorta de miu cuartu. Levanteme y ví al miu hermau espurrirse. Queimaba el sol mariello d´outoñu pero aun así fuora facia muitu frio. Me puse los farrapos, cogí unos carpines limpios, me pende a pelambreira y baixe al llar. Metí en a lume unos poucos porricos. Lla mía mái sentada en un escaño filando la mazaroca, vióme y sonríóme. Lle sentaba bien el manteo con el mandil que le regaló la buola. O pái cuitao andaba a cuentas con a teinada. Lle gusta entretenerse con cualquier cousa con tal de nu estar sentau.
Me puse a limpar a cuadra de buestas, menudo cheire. Nos temos una hacienda chena de animales. Dos cuchinos, un jato que descansa en el jergón dándose chouchazos en el llombu espantando pínfanos, una boa cabriada letijosa, en el ñal nuove pitas que apañan faragullas y un perru que le gusta oler las cagachas de las oviellas. Cuando por fin acabé a faena lavéme as manos, púseme os carpines, atéme bien os gordones de as botas y acerquéme al llar. Arrapacé un capacho y llevéme un fulicho, unos añicos de queso, la flauta y arrinqué por la vieya porta chifrando. Era un buen día para llavaciernas.
En a casa de enfrente José el vecinu sentau en una escañeta me saludó con la manu. Me da que andaba algo rangueiru el vieyu. Más adelante por el camín paré baixo un castañeiro ende apañé una triste castaña seca entre mueitus pellizos. Con lo llambrion que soy no me llegó ni para una muela. Y como you soy un mozo bien cazurro empecé a variar en as ramas, pero en vano.
Por el carreiró paré a meixar en el millo. Subiéndome a petrina tropecé con un espantallu y medroso me fui en un corredellar por el careirón. Detrás de a casa temos una llata por onde pasa un tranquilo regato. Ye uno de mius llugares favoritos. Eillí al tronco de un salgueiro tengo atado un puqueiño barco de pesca. Arrapacé a reata y o trasmallo que esgarrapicé el otro día, me servir para pillar alguna truita. Aspacio arrinqué y el barco ríu abaixu se deslizaba. Acochado miré o ceio y vi el viento arromando as ramas de los carballos que abrazados formaban un calello lleno de follas flotantes.
Remando tantico llegué a isla que está en o medio del llagu. Contento de chegar sentéme en un xeiso a la orilla de a isla con as pias colgando. El augua estaba fría como a de un glaciar. Nu ye urani para bañarme en burrigañas pero pasaréme a tarde haciendo el llaratu. Podría dicir que a vista más boa del llagu se aprecia desde eillí. La arena me invitó a caminar descalzo y a hundirme os deus de as pias en ella. A la orilla as olas se acercaban i se alejaban lentamente. Vi trascular el sol y a lamiella adormilada de alrededor se vulvieu amarron. A nueite se vistió de ñegru.
Tumbado disfruté como un ñiñu del ceio escarrapitado cuando de repente unes estrelas fugaces baixaron del ceio perdiéndose en el fondo del llagu. Nu sabía si fuyir o quedarme quieto. Permanecí con cara tontu sin falar y con os uellus pozal asperé a ver qué pasaba. Peixos luminosos lucían baixo el augua prieta. Parecía un sueño pero nu, todo era verdá. Se escondían y volvían a la superficie rápidamente. Eran puqueiñas truitas y movían el augua como si quisieran escudriñar algo que you non veía. Ñu sé si estaban contentos o angurrientos, nu paraban de chapricar. Arrapacé a flauta y entonces os peixos escucharon un bonito cantu mientras el mundo enteiru daba vueltas. Despueis me quité os andrombajos y me metí el cuerpo enteiro a pesar de sentir el augua fría como un carámbano. Paseaban sin miedu reflejándole luz a mi chancado. Daba gusto verlos tan guerreiros. Arramé un gotico y salí del augua tapándome con el cubertor. Pensé que yera hora que deixarlos solos. Verlos ha sido un regalo. No podía estar más feliz aunque del frio colgabanlasme mocarriellas y temblabanme hasta los caneiros. Estaba engarriñido. Me hubiera prestau papar un caldico calente de esos que fae a mía mái.
Marchoume mueitu contentu al puobru con ganas de contarle todo lo que pasou al míu pái. El dicía que Senabria es terra máxica y tenía razón. Lla lluna colgaba a miu llombo y you por el caminu de vuela a casa tarareé una tunada que dicía algo así:” Esos pececicos, son hermanicos, fueron a un nabal, cogieron ñabicicas y fusi, fusi, fusi pa Portugal.”¡Yiiiiiihhhaaaa!
Eugenia Rahovan
Me puse a limpar a cuadra de buestas, menudo cheire. Nos temos una hacienda chena de animales. Dos cuchinos, un jato que descansa en el jergón dándose chouchazos en el llombu espantando pínfanos, una boa cabriada letijosa, en el ñal nuove pitas que apañan faragullas y un perru que le gusta oler las cagachas de las oviellas. Cuando por fin acabé a faena lavéme as manos, púseme os carpines, atéme bien os gordones de as botas y acerquéme al llar. Arrapacé un capacho y llevéme un fulicho, unos añicos de queso, la flauta y arrinqué por la vieya porta chifrando. Era un buen día para llavaciernas.
En a casa de enfrente José el vecinu sentau en una escañeta me saludó con la manu. Me da que andaba algo rangueiru el vieyu. Más adelante por el camín paré baixo un castañeiro ende apañé una triste castaña seca entre mueitus pellizos. Con lo llambrion que soy no me llegó ni para una muela. Y como you soy un mozo bien cazurro empecé a variar en as ramas, pero en vano.
Por el carreiró paré a meixar en el millo. Subiéndome a petrina tropecé con un espantallu y medroso me fui en un corredellar por el careirón. Detrás de a casa temos una llata por onde pasa un tranquilo regato. Ye uno de mius llugares favoritos. Eillí al tronco de un salgueiro tengo atado un puqueiño barco de pesca. Arrapacé a reata y o trasmallo que esgarrapicé el otro día, me servir para pillar alguna truita. Aspacio arrinqué y el barco ríu abaixu se deslizaba. Acochado miré o ceio y vi el viento arromando as ramas de los carballos que abrazados formaban un calello lleno de follas flotantes.
Remando tantico llegué a isla que está en o medio del llagu. Contento de chegar sentéme en un xeiso a la orilla de a isla con as pias colgando. El augua estaba fría como a de un glaciar. Nu ye urani para bañarme en burrigañas pero pasaréme a tarde haciendo el llaratu. Podría dicir que a vista más boa del llagu se aprecia desde eillí. La arena me invitó a caminar descalzo y a hundirme os deus de as pias en ella. A la orilla as olas se acercaban i se alejaban lentamente. Vi trascular el sol y a lamiella adormilada de alrededor se vulvieu amarron. A nueite se vistió de ñegru.
Tumbado disfruté como un ñiñu del ceio escarrapitado cuando de repente unes estrelas fugaces baixaron del ceio perdiéndose en el fondo del llagu. Nu sabía si fuyir o quedarme quieto. Permanecí con cara tontu sin falar y con os uellus pozal asperé a ver qué pasaba. Peixos luminosos lucían baixo el augua prieta. Parecía un sueño pero nu, todo era verdá. Se escondían y volvían a la superficie rápidamente. Eran puqueiñas truitas y movían el augua como si quisieran escudriñar algo que you non veía. Ñu sé si estaban contentos o angurrientos, nu paraban de chapricar. Arrapacé a flauta y entonces os peixos escucharon un bonito cantu mientras el mundo enteiru daba vueltas. Despueis me quité os andrombajos y me metí el cuerpo enteiro a pesar de sentir el augua fría como un carámbano. Paseaban sin miedu reflejándole luz a mi chancado. Daba gusto verlos tan guerreiros. Arramé un gotico y salí del augua tapándome con el cubertor. Pensé que yera hora que deixarlos solos. Verlos ha sido un regalo. No podía estar más feliz aunque del frio colgabanlasme mocarriellas y temblabanme hasta los caneiros. Estaba engarriñido. Me hubiera prestau papar un caldico calente de esos que fae a mía mái.
Marchoume mueitu contentu al puobru con ganas de contarle todo lo que pasou al míu pái. El dicía que Senabria es terra máxica y tenía razón. Lla lluna colgaba a miu llombo y you por el caminu de vuela a casa tarareé una tunada que dicía algo así:” Esos pececicos, son hermanicos, fueron a un nabal, cogieron ñabicicas y fusi, fusi, fusi pa Portugal.”¡Yiiiiiihhhaaaa!
Eugenia Rahovan
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